SOY UN VIRUS
Conozco el dolor
desde niño,
cuando bajaba
corriendo afiebrado
hacia la costa de
la aventura
y siempre quedaba
atrapado en las insensatas rutinas
en que consiste la
vida
el dolor de
dormirme embrujado por el amor
y despertarme
encerrado
en el guión de esa
grata pesadilla que es el hogar.
El dolor de estar
aquí
donde todo te
resulta gratis
porque el sol se
incendia todos los días
como un bonzo que
se suicida por tristeza
aquí donde todas
las sonrisas terminan siempre en puñaladas
y en donde el
primer pez, en cuanto tuvo hambre,
se convirtió en
asesino,
aquí donde los
pájaros aprenden a leer y a escribir
las leyes que
prohíben volar.
Esos viejos flacos
y orgullosos en los supermercados
arrastrando un
carrito vacío
con los ojos bajos
y en silencio
porque ellos creen
que el silencio es de bravos
esos viejos muertos
de hambre
que trabajaron toda
una vida
y no se roban una
uva.
Esos viejos que se
cruzan con un muchacho rubio de pelo largo
que ni los ve
porque va pensando en el futuro
porque es un mundo
de jóvenes que no recuerdan el origen
y de viejos que se
olvidan del destino
pero si las moscas
usaran corbata
si las balas
cantaran blues
si el cielo
sacudiera su viejo culo azul
y las ventanas
catódicas de los edificios explotaran
igual, igual habría
un viejo babeando deseos
sobre las piernas
de una muchacha
y habrían todos
esos tipos con caras de clavo
sonriendo por las
calles del mundo.
En
una tribu de monos
en
una fiesta de esclavos
en
una calle de zombis
yo
no soy un hombre
yo
soy un virus
un
virus en tu mente.
Un hombre solo en
un cuarto
regando una planta
y sufriendo
porque nadie lo
toca ni nadie le habla
y sólo puede
recordar.
O las camareras de
los bares nocturnos
de polleras cortas
naufragando entre
las brumas del deseo
o la voz hundida de
mis amigos
que antes soñaban
ser héroes
y hoy cobran un
sueldo.
Se percibe en todas
partes,
en cada charla
están inyectando
una jeringa de miedo
que anestesia las
venas del mundo.
Yo
no siento ni pienso
yo
no amo ni odio
yo
no vivo ni muero
tú
no puedes conmigo
soy
un virus
un
virus en tu mente.
Yo tenía 20 años
y siempre estaba
borracho
en una pieza
mugrienta
viendo mi rostro
soñador
reflejado en las
frías paredes del mundo
ahora tengo casi 60
y nunca lo vi
nunca vi a un
hombre encendido y llameante
un hombre que al levantar
la mano
para encender un
cigarrillo
yo viera en sus
ojos
los ojos de un
tigre
acechando en el
viento
el paso del tiempo
para matarlo.
Siempre vi los ojos
del miedo
siempre vi los ojos
tristes de la nostalgia.
En
una tribu de monos
yo
no siento ni pienso
en
una fiesta de esclavos
yo
no amo ni odio
en
una calle de zombis
yo
no vivo ni muero
yo
soy un virus
tú
no puedes conmigo
soy
un virus de tu mente.
Transcripción
del monólogo realizado por Enrique Symns, el 6 de marzo de 2004 en el Teatro
Ateneo de Buenos Aires, en el recital de la banda de rock uruguaya La Tabaré
(Rivercock Banda).
En:
revista Oliverio, número 5, mayo-junio de 2004.
Enrique
Symns (Lanús, 22 de diciembre de 1946).
Foto: Enrique Symns.
Bello, bello, bello.
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