A
NUESTROS VECINOS:
¡Qué
hermoso otoño! Todo es resplandeciente y dorado, y hay una luz increíble y
suave. El agua nos rodea.
Lou
y yo pasamos mucho tiempo en este lugar en los últimos años y, aunque somos
gente de ciudad, éste es nuestro hogar espiritual.
La
semana pasada le prometí que lo iba a sacar del hospital y que vendríamos a
casa, en Springs. Y así lo hicimos.
Lou
era maestro de tai chi y pasó sus últimos días aquí, feliz, deslumbrado por la
hermosura y la fuerza y la suavidad de la naturaleza. Murió en la mañana del
domingo, mirando los árboles, haciendo la famosa forma 21 del tai chi, sólo sus
manos de músico moviéndose en el aire.
Lou
fue un príncipe y un guerrero; sé que, al escuchar sus canciones sobre el dolor
y la belleza en el mundo, muchas personas se sentirán plenas de esa increíble
alegría que sintió por la vida. Que esa belleza nos llegue, y nos atraviese siempre.
Laurie
Anderson
Su
amante esposa y amiga eterna.
En
Página/12, 2/11/2013. Texto publicado en el periódico East Hampton Star de
Springs, localidad en las afueras de Nueva York.
Foto: Stephanie Berger para laurieanderson.com.
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