XXV
(fragmento)
(…)
Ayer soñé
que venía una ola. Mire la ola errante y no tuve miedo. La orilla, sucia y
náufraga. Entonces vino a mí. El pelo en el sol. La espuma rota en perlas de
nácar. Y la luz.
Fue
entonces que el río se secó. Se arrugó el agua desde el centro hasta la orilla.
Y vi la tierra abierta hasta el infinito. Los barcos oxidados, recostados sobre
la arena rota.
Río por
donde todo vino y por donde todo se va.
Río como un
animal movedizo, marrón, enorme.
A la orilla del río
A la orilla del río
Un niño solo con su perro.
A la orilla del río
A la orilla del río
Dos soledades
timidas…
En: “La
sangre derramada”, Babel Editorial, 2012.
Primer premio de novela certamen
Aurora Venturini, 2010.
María Laura
Fernández Berro, La Plata .
Foto: FB.
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