XXII
En la edad adulta, he visto elevarse y crecer sobre la pared
medianera de la vida y de la muerte una escala cada vez más desnuda, investida
de un poder de emulsión único: el sueño. Sus peldaños, a partir de cierto
progreso, no sostenían ya a los simples acumuladores del sueño. Después de la
borrosa vocación de la profundidad inyectada, cuyas figuras caóticas sirvieron
de campo a la inquisición de hombres bien dotados pero incapaces de valorar la
universalidad del drama, he aquí como la oscuridad se aparta y VIVIR llega a
ser, bajo la forma de un áspero ascetismo alegórico, la conquista de los
poderes extraordinarios por los que nos sentimos profundamente atravesados pero
que no expresamos sino incompletamente por falta de lealtad, de discernimiento
cruel y de perseverancia.
Compañeros patéticos que murmuran apenas, vayan con la
lámpara extinguida y devuelvan las joyas. Un misterio nuevo canta en sus
huesos. Desarrollen su rareza legítima.
.
René Char (Francia, 1907-1988).
De: “Seuls demeurent” (1945). Partición Formal. En:
“Antología”.
Selección y versiones de Raúl Gustavo Aguirre.
Ediciones Del Mediodía,
Buenos Aires, 1968.
Foto: RCh, s/d.
Usté que tiene ascendencia italiana se merece el título de "Pescatori di perle". No le afloje, don José María, necesitaríamos uno como usted en cada manzana de todos los pueblos. Gran abrazo.
ResponderEliminarRaúl Artola
Usté que tiene ascendencia italiana, se merece el título de "Pescatori di Perle". No le afloje, Don José María, necesitaríamos más que hagan lo suyo, uno en cada manzana de todos los pueblos. Gran abrazo.
ResponderEliminarRaúl Artola
Gracias por tus palabras, Raúl, hacen bien!
ResponderEliminarAbrazo grande para vos también!!!