II
Volvió trayendo sigilo y paz
un predicador.
Vi a su cofrade parado, regulador de enigmas.
Vi promontorios sublimes y atómicos
divisiones en el aire mismo
provenientes del sol.
un predicador.
Vi a su cofrade parado, regulador de enigmas.
Vi promontorios sublimes y atómicos
divisiones en el aire mismo
provenientes del sol.
Del centro de esa descripción
cónica
se desprenden abismos que son repartidos.
Y el ojo del mago nunca ejecuta la vista.
El vacío no se ve, está en todo el vacío del mundo.
se desprenden abismos que son repartidos.
Y el ojo del mago nunca ejecuta la vista.
El vacío no se ve, está en todo el vacío del mundo.
En esas leyendas, el
predicador invita
a las madres a dejar de representar el sudor de su dios ponedor.
a las madres a dejar de representar el sudor de su dios ponedor.
Y es inútil persuadirle
de que no hay tal intención
entre los hijos del mundo
que son los venenos de esa excreción.
de que no hay tal intención
entre los hijos del mundo
que son los venenos de esa excreción.
.
En: “Guitarra negra”,
Ediciones Tres Tiempos, Buenos Aires, 1978.
Poema Parte Tercera.
Luis Alberto Spinetta (Buenos
Aires, 23 de enero de 1950 – 8 de febrero de 2012).
Músico, poeta, artista, luz.
Foto: detalle tapa de libro,
Jmp.
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