a veces pienso que sos como ese caballero del Ariosto al que hirieron de muerte en un combate, no se dio cuenta que lo habían morido y siguió peleando. cuando el asesino tiró, seguro te distrajo una mujer inapagable, un pliegue del verano, el misterio sin fin del pobrerío.
siempre escapaste a las fusilaciones, la muerte equivocada, y escribís en las tripas de la noche.
la esperanza fracasa muchas veces, el dolor jamás. por eso algunos creen que más vale dolor conocido que dolor por conocer. creen que la esperanza es ilusión: son los ilusos del dolor.
no pongas la mano en el agua
porque se irá de pez/
no pongas agua en tu mano
porque vendrá el océano
y la orilla después/
deja tu mano así/
en su aire/
en ella/
sin comienzo/
ni fin/
De: “Eso”, París, 1983-1984. En: “Interrupciones 2”, Página/12 / Seix Barral, 2012. Foto: JG x G. LEJARCEGI.
Juan Gelman, Buenos Aires, 1930.
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