"oh warren warren" gritaban todos los idiotas del pueblo
en la mañana de Santa Mónica sucia
por el hollín los escapes los sueños
rotos o podridos de la noche anterior
qué formidable
extrañas rosas u orquídeas florecían en esa podredumbre caliente
mientras la multitud del bulevar vivaba a warren ese dabliu cormoran
y él se deslizaba de contrabando por el día
"oh warren warren" le decían sobre
la suciedad el mal olor el pésame envolviendo
tanta salud apenas débil
o muda o yendo en dirección a su pérdida
en todo caso era así:
el ser se lo dio ola madre en hermoso verdor
a su sombra creció warren como piedra en el río
hasta que la rompió como flecha con suaves ojos disparada
¡y si pudiera olvidar completamente!
"warren warren" gritaba la multitud no dejándolo dormir
o sólo abría su dureza donde
volaba una mosca azul sospechosa
warren ese dabliu cormoran:
¿tenía acaso ají tu sementera?
en todo caso se voló y voló
quiéranlo mucho lagartos
denle sombrita en la mitad
tápenlo para el frío
o que lo abrigue la calor
de los sueños podridos de Santa Mónica el hollín
"oh warren warren" gritaban todos los idiotas del pueblo
pero no así porque así qué pasa con las águilas
En: “Los poemas de Sydney West”, 1968-1969; Página/12 / Seix Barral, 2011.
Juan Gelman, Buenos Aires, 1930.
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