Cuando nada nos queda
cuando tanto nos falla
En la pura memoria
relumbra el río Limay
Se aparece de pronto
la serpiente turquesa
Y los ojos se lavan
en la luz del Limay
Sol de la Patagonia
que acaso no podemos
No todo está perdido
luce lumbre el Limay
Entre las pardas cuestas
derrama su esplendor
Sereno indiferente
se nos vuelve el Limay
Con su belleza arisca
pueden contar con él
Distante en apariencia
nadie olvida al Limay
Lima lento y alivia
los vislumbres que alumbra
De todo se hace cargo
libre y largo el Limay
Como la áspera tierra
y el cielo ilimitado
El Limay se regala
sin pensarlo dos veces
No es que nos pertenezca
se hace amigo si quiere
Libre luz del Limay
limando nuestros límites
Él guapea creciendo
suelto en nuestro recuerdo
No es para deshacernos
que nos llama el Limay
Porque a nada se achica
obliga a ser nobleza
Lame lomas sin límite
la luna en el Limay
No es prenda ni es comercio
ni vil chafalonía
Es amistad de orgullo
la que ofrece el Limay
Una cosa de hombres
una cosa de dioses
Cuando todo se olvide
que no cese el Limay
En “Poemas pendientes” con prólogo del poeta brasileño Lêdo Ivo, Alción Editora, Córdoba, 2010. Está por aparecer una reedición en México (Editorial de la Universidad Veracruzana, Xalapa, 2011).
Rodolfo Alonso, Buenos Aires, 1934.
El Rio Limay sirve de límite natural entre las provincia de Río Negro y Neuquén.
Fuente: National Aeronautics and Space Administration - NASA/JPL/NIMA.
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