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martes, 4 de enero de 2011

Juan Diego Incardona – Un domingo más triste que la mierda



Era una noche de invierno, un domingo más triste que la mierda. Frente al Club Riachuelo, alguien rasgueaba en el bar un viejo tema de rock nacional. Era un bajón. El perro negro lo miraba al pie de la silla; el marrón no se hacía cargo, roncaba como un chancho tirado en su mantita llena de pulgas. Yo lo escuchaba con atención mientras me fumaba un porro casero. Cómo pegaba esa yerba mala. Tres pitadas largas te dejaban empastillado. Parecía que al chabón le salía sangre de los dedos. Era un asco hermoso: toda la madera enchastrada con el chocolate podrido mojado en alcohol, oscuro del tabaco que se fumó la vida entera y que ahora le corría en esas venas que vibraban a la par de las cuerdas, hasta que le saltara la cuerda, hasta que se rompiera sola de tanto tocar y tocarle al pasado con la mina. Mataaatee loocoo, le dijo un tipo por la ventana cortando por lo sano, ¡y dejá dormir a los vecinos! Pero el otro ni bola, porque seguía encapsulado en la cajita musical que hacía sonar hasta el cansancio la misma melodía que el hombre ha sufrido y sufrirá hasta el final de los tiempos, el final del amor. Yo lo escuchaba con atención mientras me tomaba una cerveza tirada. Qué ganas de mear que me daban, así que me levanté para ir al baño. Era un sucucho con una baranda que te volteaba, el piso un charco de pis; los inodoros tapados por los soretes más grandes que vi en mi vida. En las paredes me puse a leer el poema que un loco escribió con su mierda. Decía que dedicaremos nuestro tiempo a buscar ese animalito que viaja mucho. No sé qué habrá querido decir, pero no me lo puedo olvidar.

Fragmento de “Populacho de negros lobos” en Rock barrial, Norma, 2010.

MARAVILLOSA MILITANCIA

“Hay sectores que ven con miedo el regreso de la juventud a la militancia. Como Mariano Grondona, que está asustado por el nombre de La Cámpora y dice que vuelven los montoneros.” A Juan Diego Incardona le causa mucha risa ese puñado de dinosaurios espantados con los jóvenes. “Hay una vuelta a la política en estos años; los jóvenes otra vez están interesados por la militancia. En los ’90, la mayoría de los pibes no participaban políticamente. Que no- sotros entráramos y saliéramos de las unidades básicas era como entrar o salir de las sociedades de fomento –recuerda su experiencia en Villa Celina–. Que te disfrazaras de Rey Mago para la unidad básica era como disfrazarte de Rey Mago para la parroquia. Ese es el costado cultural que tiene el peronismo y que no tiene ninguna otra fuerza política. Ahora hay un montón de pibes militando, a quienes les pica ese bichito, y está bueno. Es importante que haya una nueva generación de jóvenes con ideas.”

–¿Qué es ser peronista hoy para usted?
–En este momento es muy importante asumir un compromiso con este proyecto. Hay un montón de valores que tienen que ver con el peronismo histórico que han vuelto a la escena política: reivindicaciones sociales, la Asignación Universal por Hijo, las mejoras en las jubilaciones, el matrimonio igualitario. El peronismo aparece muchas veces encabezando derechos que tienen que ver con las minorías o con sectores relegados. Siempre faltan cosas; todavía hay que avanzar muchísimo en cuestiones de justicia social y oportunidades, porque evidentemente es de larga data el proceso de degradación que vivió el país. No se acaba de un día para el otro, lleva tiempo. Veo que hay un discurso y un interés por mejorar la situación social, que muchas veces se corresponde en los hechos y que no lo había visto nunca en ningún gobierno democrático. Esto tocó la fibra íntima de muchos jóvenes que decidieron militar. Ser peronista hoy es apoyar un modelo nacional y popular; potenciarlo, mejorarlo y seguir creciendo.

Juan Diego Incardona, Buenos Aires, 27 de julio de 1971.
Entrevista de Silvina Friera en Página/12, 4.1.11. “El barrio me sirve para contar historias mayores”.

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