HACE MUCHO FRÍO…
Hace mucho frío
como cuando
es
Artaud
el muerto
quien sopla
YO ESTABA VIVO…
Yo estaba vivo
y estaba allí desde siempre
¿Comía yo?
No
pero cuando tenía hambre yo retrocedía con mi cuerpo y no me comía a mi mismo
pero todo esto se ha corrompido
una operación insólita se efectuaba
yo no estaba enfermo
yo reconquistaba la salud
siempre por un retorno hacia atrás del cuerpo
mi cuerpo me traicionó
él no me conocía bien aún
comer es llevar adelante aquello que debe quedar atrás
¿Dormía yo?
No, no dormía
hay que ser casto para saber no comer
Abrir la boca es ofrecerse a las miasmas
Entonces ¡nada de boca!
Nada de boca
nada de lengua
nada de dientes
nada de laringe
nada de esófago
nada de estómago
nada de vientre
nada de ano
Yo reconstruiré al hombre que soy
NO ES POSIBLE QUE AL FIN EL MILAGRO NO ESTALLE…
No es posible que al fin el milagro no estalle
He sido demasiado castigado
Me he atormentado demasiado en el mundo
He trabajado demasiado para ser puro y fuerte
He perseguido demasiado el mal
He buscado demasiado tener un cuerpo limpio
¿QUIÉN SOY?
¿Quién soy?
¿De dónde vengo?
Soy Antonin Artaud
y apenas yo lo diga
como sé decirlo
inmediatamente
verán mi cuerpo actual
estallar
y recogerse
bajo diez mil aspectos notorios
un cuerpo nuevo
en el que ustedes no podrán
nunca jamás
olvidarme.
En: Antonin Artaud. Textos. Traducción: Alejandra Pizarnik y Antonio López Crespo. López Crespo Editor, Buenos Aires, 1976.
Antonin Artaud (Marsella, 1896 – París, 1948)
Los poemas de Artaud son impresionantes, y pegan en ese lugar recóndito de la mente, donde es tan difícil llegar con nuestras palabras e incluso con nuestra propia representación secreta. Sólo un poeta, alguien alterado, que vive a un lado de lo social, restringido a su comarca corporal donde no le importa sino defecar y tal vez comer, pero ya vimos, con una austeridad limada, una percepción arriesgada y vulnerable. De hecho quizás poco lo podrían haber traducido como Alejandra. No conozco a Crespo. Lo tuyo ya es arqueología poética. Gracias por esa entrega que sólo los amantes significan.
ResponderEliminarabrazo
Antonio Moro
que placer jose maria encontrar a artaud en el aromito, gracias por esta belleza!!!!
ResponderEliminarabrazo
juan
Ayer escuchando el Artaud de Spinetta pensaba que nunca había leído un poema de Artaud...ahora sí
ResponderEliminargracias
Leli
El Artaud de Spinetta acercó a muchos chicos de mi generación a la poesía. Todavía resuena en mis oídos la más maravillosa música, el Flaco solo con su guitarra en el Club Atenas de La Plata, en una noche compartida con Aquelarre. Somos espíritus de época.
ResponderEliminarGracias por escribir, hacía mucho tiempo que no tenía noticias tuyas. Un beso.
Qué fantástico haber escuchado Artaud ahí. Fresco.
ResponderEliminarAunque la época desde ahora paresca absolútamente patética para la humanidad.
Artaud el momo lei, me pareció muy tremendo.
Gota: una spinetteana “por más que me fuercen / yo nunca voy a decir / que todo tiempo por pasado fue mejor, / mañana es mejor”, espíritu de época que le dicen, tal vez con cierta ingenuidad e inocencia. No sé, los tiempos también los construimos nosotros, me parece. Abrazo.
ResponderEliminarGota: una spinetteana “por más que me fuercen / yo nunca voy a decir / que todo tiempo por pasado fue mejor, / mañana es mejor”, espíritu de época que le dicen, tal vez con cierta ingenuidad e inocencia. No sé, los tiempos también los construimos nosotros, me parece. Abrazo.
ResponderEliminarArtaud y Spinetta son partes de mi cuerpo, me escriben
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