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sábado, 30 de diciembre de 2023

JOAQUÍN GIANNUZZI No más poemas después de eso

La casa verde, City Bell, 30 del 12 del 23

Lecturas en el Taller



VISIÓN FINAL 

Un pensamiento ante la ventana abierta 
crece con firmeza 
confirmado por el televisor a sus espaldas. 
Tambalean las cosas en la calle, 
los automóviles vacilan, se degradan 
árboles y personas, las imágenes 
se precipitan hacia un final enceguecido. 
El voluptuoso sentimiento 
de participar de un crimen general, 
una certeza irrespirable. 


CIERTAS INSTRUCCIONES

Al levantarse de la cama 
meta sólo un dedo del pie en la madrugada 
probando su temperatura. 
Si la siente más o menos sanguínea que su cabeza 
lo mejor es tumbarse nuevamente: 
como si después de tomarle el pulso 
hubiera comprobado 
que hoy el mundo es demasiado 
que no coincide, que no encaja en nada, 
que no está para gente como usted.


LA BALA 

La mala noticia puede aullar 
en el teléfono sonando en medio de la noche.
Pero si el llamado estaba equivocado 
volvemos a la cama 
como si una bala que nos estaba destinada 
hubiera silbado a corta distancia 
de nuestra soñolienta cabeza.
De todos modos, la época 
reserva sus oportunidades. La misma bala 
dará en el centro de otra cabeza insomne 
en una oscuridad donde el teléfono 
no hace otra cosa que callar.


LA DESAPARICIÓN 

Con un par de convicciones
y algunas blasfemias
violaron la cerradura a tiros.
Animales de caza nocturna
lo sacaron de la cama. La presa
no alcanzó a despedir su rostro
ni poner a salvo su nervio principal.
En la vejación, el mundo
perdía su nombre y sospechó
no más poemas después de eso.
En nombre de un orden
que despuebla la vida, lo condujeron
en un coche cerrado como un ataúd
hurtando la vergüenza al exterior.
Entonces atravesaron
la vasta oscuridad sin jueces
de una ciudad en la que desapareció
y en cuyos jardines había amado
con un cuerpo visible tendido al sol.





En Obra Poética, Emecé Editores, Buenos Aires, Argentina, 2000 / De Apuestas en lo oscuro, 2000 / 
Joaquín Giannuzzi (Buenos Aires, 29 de julio de 1924 - Campo Quijano, Salta, 26 de enero de 2004) / Fotos: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

martes, 19 de diciembre de 2023

MARTÍN KOHAN Mi padre me dijo

City Bell 19 del 12 de 2023



VIII 

     Recuerdo que mi padre dijo: “Los milicos son gente de reglas claras”. La primera de esas reglas establecía: “El superior siempre tiene razón, y más aún cuando no la tiene”. Recuerdo que me dijo que entendiera bien eso, porque si entendía eso, entendía todo. 


XII 

     Mi padre era un hombre muy dado a contar anécdotas. Muchas de esas anécdotas, como suele ocurrir, provenían de sus ya lejanos quince meses de servicio militar, y apenas se supo con certeza que el número que me había tocado en suerte era el cuatrocientos noventa y siete, todas ellas volvieron a ser contadas, una por una, como por primera vez.
     Había una que refería una formación matinal en el patio del cuartel. Unos treinta soldados en ropa de fajina y en posición de firmes. Y un teniente coronel, cuyo nombre mi padre se esforzó inútilmente por traer a su memoria, pasando revista. En un momento determinado, el teniente coronel pregunta a toda voz: “¡Soldados! ¿Quién de ustedes sabe escribir bien a máquina?”. Y agrega: “El que sabe escribir bien a máquina, que dé un paso al frente”. Por un instante, nadie dice nada. Hay que ver qué significa exactamente escribir “bien” para el teniente coronel. Por fin, casi en el extremo de la fila, un pelirrojo pecoso que no mide más que un metro y medio da un paso adelante y exclama: “¡Yo, mi teniente coronel!”. El teniente coronel se le acerca y a los gritos lo interroga: “¿Usted, soldado, sabe escribir bien a máquina?”. El soldado exclama: “¡Sí, mi teniente coronel!”. “Bueno”, le dice el teniente coronel, “agarre ese balde y ese cepillo que ve allá, y en una hora me limpia bien las letrinas del regimiento”. 
     Mi padre sacaba una moraleja de esta historia: en el servicio militar, conviene no saber nunca nada. Me aconsejó que aprendiera esa lección elemental. “No hay que actuar como los judíos”, me dijo, “que siempre quieren hacer ver que saben todo”. 


XV 

     Mi padre me contó que había un militar que tenía este lema: “Al pedo, pero temprano”. Me dijo que esa consigna ilustraba bastante bien el modo de razonar de los militares. Después insistió mucho en que no fuera a mencionar esta anécdota a nadie en la conscripción, ni siquiera a los compañeros. “Vos calladito”, me dijo, y me guiñó un ojo. 


XX 

     Mi padre me dijo que los militares tenían, a su manera, algún sentido del humor. Una broma muy frecuente en el servicio militar consistía en lo siguiente: se formaba a la tropa y se la arengaba acerca de los males que traía la masturbación en exceso. Luego venía la advertencia: “Al que se hace mucho la paja, le salen pelos en la palma de la mano”. 
     Nunca faltaba quien, en ese momento, no podía resistir la tentación de verificar el estado de la palma de su mano. A ése le tocaban todas las pullas y las carcajadas, a veces por el resto del año. 
     Mi padre me encomió no incurrir en ese instante en el atisbo de mis palmas, mantener la vista al frente y las manos pegadas al cuerpo en posición de firme; así podría yo también, en lo sucesivo, participar de la diversión. 


City Bell 19 del 12 de 2023

En Dos veces junio, Random House Mondadori S.A., edición digital: noviembre de 2011 / 
Martín Kohan (Buenos Aires, 24 de enero de 1967) / Fotos: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-

viernes, 15 de diciembre de 2023

FLORENCIA LOBO En este momento

“Sin tirar la toalla, City Bell, 15 de diciembre de 2023”, jmp




En este momento, el corazón de un oso pardo
late apenas ocho veces por minuto.
Una pizca de energía que gaste de más 
y no podría salir vivo de este invierno. 
Pero así, en la extrema quietud 
sostiene la existencia.
En unos meses se lo verá como si nada
atrapando salmones en el río.
El oso hiberna porque sabe que no puede 
hacerle frente al invierno
(hay humildad e inteligencia en ese acto).
Si pudiéramos trazar límites con tanta destreza
cuando algo se vuelve intransitable:
suspender el deseo, maniobrar el corazón 
como un perfecto artefacto 
de medición de lo que importa.
El oso un día decide despertar
y sale ávido del vientre de la roca
(y el hambre lo primero que come 
es la cabeza del miedo).
Así, como quien vuelve de un sueño,
barrer la nieve caída en las palabras
y decir: ahora, mundo 
sabrás que existo.


(Un poema inédito escrito hace tiempo, que de repente se me presentó muy actual. Hace días que paso de la alegría de estar de vuelta a la angustia de este presente horrible en el que nos metimos. De vuelta entre bosques, me cuesta no pensar en la idea de aprender a hibernar, pero por cuatro años seguidos, más o menos) / 

Florencia Lobo (San Miguel de Tucumán, 1984) / Desde pequeña vive en Ushuaia, Tierra del Fuego /  Poeta, editora y correctora / Foto: jmp “Sin tirar la toalla, City Bell, 15 de diciembre de 2023” / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-

miércoles, 13 de diciembre de 2023

ALEDO LUIS MELONI Donde alguien la está esperando

Patio Casa Roja / Taller La Plata



SOLEDAD 

Solo; sí, me he quedado solo en medio 
de innumerable gente. 

La soledad habita en uno 
siempre a cubierto de cualquier mirada ajena, 
como si ella estuviera en un secreto exilio. 

Ella y yo, ahora; y nadie más. 

Igual que dos extraños que se encuentran de pronto 
y quedan, desde entonces, unidos para siempre.


CANTO 

La palabra 
echa a volar 
en el canto; 
es 
como si el canto le diera 
las alas 
que necesita 
para ser pájaro; 
para llegar 
y quedarse 
allí 
donde alguien 
la está esperando.


DESPOJO 

En un juego sin desquite, 
en un juego a pura pérdida, 
la vida le va cediendo 
a la muerte su riqueza: 
en cada instante que fluye, 
en cada ficha que apuesta; 
y cuando se acaba el juego 
porque sin fichas se queda, 
en el último despojo 
la vida pierde su esencia: 
deja de ser vida y pasa 
a ser muerte también ella.


EN EL SUEÑO 

Asumo cada noche 
           como si fuera la última. 
Al amparo del sueño 
           deposito el olvido. 
Y en el olvido escondo 
          todo lo que me angustia. 
Sólo en el sueño, 
           sólo en él es mío lo imposible. 
Porque todo es posible 
          en la absurda metáfora del sueño: 
recobrar, por ejemplo, 
          lo que uno más añora; 
desandar un camino 
          que no tiene retorno; 
retener el instante 
          que se va. 
Con pena, entonces, 
          cada mañana 
restituyo al sueño 
          lo que es del sueño: 
su piadoso engaño.


En Poesía elegida, Instituto de Cultura de la Provincia del Chaco, segunda edición 2020 / 
Aledo Luis Meloni, poeta y docente, nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires, el 1 de agosto de 1912 - Desde 1937 vivió en la provincia de Chaco - Murió en Resistencia el 11 de enero de 2016 / Fotos: jmp, archivo de La talita Dorada / Selección de textos: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

sábado, 2 de diciembre de 2023

MARIO JORGE DE LELLIS Los hombres del Pan Duro





CANTO A LOS HOMBRES DEL PAN DURO 

Nacen, se reproducen, después mueren. 
De cobre son y el cobre los golpea. 
Llevan de cobre el corazón y la camisa. 
Llevan de cobre las mujeres recias. 
Llevan de cobre el ojo y los abuelos. 
De cobre son y suenan.

Nacen, se reproducen, después, mueren. 
Y es de cobre el vapor del caldo escaso, 
de cobre el duro tálamo, la higuera, 
el defendible hinojo, 
la charla sobre el pan, el hasta cuándo, 
las mesas de hule roto, la impaciencia 
por ver caras alegres, frutillas, casas propias, 
amigos bajo el sol, bajo la siesta. 

Nacen, se reproducen, después, mueren. 
Fueron cadetes de la industria, 
albañiles de andamios, 
fabricantes de cosas inútiles modernas, 
paladines del aire y del martillo, 
fregadores de pisos, humo de chimeneas. 

Nacen, se reproducen, después mueren. 
¿Quién obtuvo sus sangres? 
   ¿Quién destinó sus vértebras? 
¿Quién los puso de gallos en la aurora 
caminando y gritando, pateando y acatando, 
hirviéndoles la sangre compañera? 

Yo los he visto hastiados hasta decir no quiero, 
los he visto matando en frigoríficos, 
   matando en primaveras 
en que todo nacía sin motivo aparente 
   como nacen las flores; 
los he visto con bolsas, 
   moverse, trabajando, cuando era 
la hora de comer, 
   la hora egregia del amor y del descanso; 
los he visto trepados a las torres, 
   trepados a las viejas 
torres, dándoles cal, charlando con los ángeles, 
mirando un punto de la tierra, 
un solo punto vivo 
al cual pertenecían 
y por el cual hilaban sus días, sus esencias. 

Los he visto volviendo a sus hogares 
con la honradez al hombro, mirándose las piernas, 
detallándose niños y costumbres, 
   algunas cosas que suceden, 
pisándose las huellas, 
hollándose los marzos, los octubres, 
los panes sin almuerzo, las amargas cosechas 
del frío, las amargas recolecciones para otros 
y las amargas siembras 
del cobre que resuena en el alma 
como un gran acordeón tocando a fiesta. 

Yo sé que nacen, sí. 
   Yo sé: se reproducen. Yo sé: se mueren. 
Sé que suenan a cobre, sé que suenan 
a rasgadoras fiebres, a pan hermoso y triste. 
Tienen hijos de cobre, muy sonoros; 
   tienen mujeres recias, 
cigarrillos baratos en los dedos, 
hondas causas vitales manchando sus ojeras. 

Están aquí y allá. 
Suenan, resuenan. 

Son de una gama gris. 
Andan y trepan.

Naturalmente cobres, naturalmente solos, 
tienen el sol cerrado sobre la mano abierta. 

Y un día caen trizados por el tiempo, 
con unos ojos amplios hacia el norte 
y un pan duro indicando sus presencias. 

Son esos hombres duros como el cobre. 
Suenan, resuenan.


En Cantos humanos, Ediciones El Escarabajo de Oro, 1966 /  
Mario Jorge de Lellis (Almagro, Buenos Aires, 14 de mayo de 1922 - 14 de noviembre de 1966) / Fotos: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-