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lunes, 11 de septiembre de 2023

MÓNICA SIFRIM Recordar la insistencia



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Capítulo 2, poema XXXI

No señor. En mis antepasados no hay diabéticos, hipertensos, 
cardíacos ¿Cómo explicarle? De cada diez antepasados míos, 
uno moría en las revoluciones, otro en las cámaras de gas 
y cuatro o cinco de melancolía. 
Ya sé que no se heredan tales males. La mandrágora deja 
ese letargo de naranjas agrias. Luego talco, y a mover los genes fresquecitos. 
Pero cuando llegan oleajes de dolor oleajes de dolor oleajes 
se descubre un vago parecido: ¡Mire qué bonita! 

Mete el brazo en el horno como lo hacía su tatarabuela. 


*-

Siempre me parece 
Estar tocando el fin de la llanura.

Esa raya no es el disimulo
De una zona ciega
Que no sé
Si siempre
Si me toca ahora hasta las heces
O el injusto búho de las pampas
Pone a prueba el alma.
Si la dejo
Ancha y ensopada
Se derrama
No sostengo nada
Y se me va
Descalza
Al pozo
Hundida en los terrones
Valentía
Para ser
La raza de los bueyes

Ser de  raza buey
Te quema el yugo
Y en los hechos
Toda la ansiedad
Es un arado
Sobre el universo.

Hasta que pare de llover
La pampa huele a pájaro
Quemado. 
Cómo deponer
Las armas en el campo
Cómo hacer
Un techo en la planicie
Y una hiedra
Que al dolor no cargue

Y cómo amar 
Al prójimo
Si no camina
Nadie bajo el sol.


BELIEVE IT OR NOT

Hoy lo llevo de la mano por primera vez.
Un anciano pequeño con los ojos azules
Para qué
Frunce el seño.

Yo le muestro el recinto de los colmos

La habitación de los efectos ópticos
Un cuadro japonés
Según se mire
Es una flor o barco o señorita.

Todo lo olvidará

Pero mi mano conduciendo su asombro
Por primera vez
Volcando tanta maravilla
En el escollo de su saco roto.
No para cosechar
Apenas
Para fijar sus médanos un año, un tiempo más.

Oír como golpea el alborozo en esa cavidad
Believeit.


EN TANTO QUE DE ROSA Y AZUCENA

Las primeras arrugas van borrando
De mi rostro el candor:
Ya no me creo eterna.
Ahora la pequeña Lulú lava los platos
Y Periquita entrega el corazón.

Te vas, edad ligera, fuiste grave.
No puedo recordarte vaporosa
Danzando entre claveles.
No puedo recordarte despeinada
En la grupa
De una motocicleta.
Acaso la adultez
Se ajuste más al lento
Material de mi cuerpo.
Tampoco me apetece una elegancia digna
Ni fermenta en mi piel
La prometida miel
De una gran obra.

Sin embargo construyo un monumento
Más eterno que el bronce.
Tengo un hijo
Cuando crece rechinan
Los resortes del mundo.


**- 

POEMA 1

Si tu voz

Me apela por mi nombre
   Todos los sonidos
   Se levantan.


Hay que ver
Lo bien que suena
   Así

El nombre de nacer
No duele
   Tanto.

Vamos Adán: 

Hay que ponerle nombre a las abejas
   A los arroyos grises
   Y a los copos de nieve.

A la encina que se llame así: 
“Encina, encina”

Y al maíz doblado por el viento,

Una palabra grave:                   “Movimiento”

Y cuando nos
Cansemos

De llamar a las cosas
Por su nombre
Y en el séptimo día
Reposemos


Todo se llame igual

A su inocencia


POEMA 7

Una lengua extranjera
No es
Un alfabeto
Morse

De las grullas

Ni tampoco
Un nido de cigüeñas 
Es un nido
Para quien 

Cruzó los dedos
En la cruz.

Una golondrina sola

Puede cobijarse
En un dedal

Pero no 
Dar cauce
A su deseo.

Inútilmente
La canción de cuna
Se resiste
Al golpe

De un bongó

Una lengua hablame

Pero con la 
Música hasta el cuello.

No el aturdimiento
Sobre la canción del asesino
En la ruta a Shangai.

Como Góngora en la fuente hablame

Pura sinestesia

Zoo de cristal.

Una lengua extranjera

Tiene siempre

Su elefante de vidrio

Su jirafa a pintas

Y una grulla 

De opalina

Para ver pasar y preguntarse
Si eso
En realidad
No se llama 
Cigüeña.

… 

De una sala vacía
A otra sala 
Un hilo tembloroso

Pende.

Ser leal a un 
Hilo de palabras
Frágiles

Procurado por nadie.

Esa instalación no tiene
Dueño.

Si no la escucha    el labrador de puentes
Si no la escucha
Y no es leal

Y no recoge
Con el borde mismo de su encía

Un leve acento
De alguien que bebió

Palabras sucias.

Ser leal al genio
Del oído

Y no trastabillar
Cuando cae de bruces

Y se rompe
Su magnificencia.

Aún así servirle de instrumento

Que en el arpa de tu cuerpo

El genio de oído
Escriba un “leitmotiv”


Y que la claridad
No se arrepienta de arrimarse a vos 


Como no se arrepiente la mañana
De rosados dedos
De yuxtaponerse
Al odio 
De la noche. 


***- 

II

un día fui mujer de un leñador y me partió a pedazos
¿qué esperabas?
¿ardillas correteando por la nuca?
ahora se escabulle
la jauría de ciervos
que había coloreado en una lámina para darte
ayer como regalo
en cuclillas
sobre un jergón de paja
no voy a dar a luz
voy a dar a penumbra un hijo amoratado
quería que el bebé tuviese
un hongo rojo con motitas blancas
para que lo abrigaran del rocío
¬¬

III

realidad es el nombre más tenue de la resignación

     vi al ternero
saltar sobre alambrados
en busca de una leche materna más morena

     vi un papel abollado en las hendijas de un muro milenario un exvoto
como toda mirada suplicante lanza un papel y mira
hacia arriba
hacia el suelo
buscando el entresijo
donde la realidad
se pulverice hay arrugas en la realidad es posible
deslizar una carta
en sus arrugas
la carta puede ser un papel blanco o tres papeles blancos

recordar la insistencia 




- de Novela familiar, Ediciones Último Reino, 1990 / 
*-  de Laguna, Bajo la luna, 1999 / 
**- de El mal menor, Bajo la luna, 2008 / 
***- de El talante de las flores, Hilos, 2014 / 
Mónica Sifrim (Buenos Aires, 1958) / Fotos; jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-